Desde su invención en los años cuarenta, «microondas» ha sido sinónimo de «tristeza»
en el imaginario colectivo de los cocinillas. Sin embargo, el
electrodoméstico más cómodo para calentar posee otras virtudes que no
deberíamos despreciar: su capacidad para cocer de forma rápida y
homogénea los alimentos y a la vez deshidratarlos lo convierte en un
artefacto utilísimo en determinadas preparaciones.
En el vídeo de
arriba encontrarás unos cuantos trucos que demuestran la superioridad
del micro en acciones como cocer patatas, brócoli y mazorcas, o su
practicidad a la hora de acelerar sofritos, freír cebolla, aligerar
berenjenas o tostar piñones. Dale al play, que te cambiará la vida (o
casi). http://bit.ly/quedanmejorenmicroondas
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